El pozo llegó a contar con una profundidad de 167 metros sobre la superficie.
Sin embargo, otras instalaciones fueron conservadas, adquiridas por particulares y reconvertidas en viviendas.
[4] Así, se conserva el antiguo lavadero del pozo, la lampistería, la sala de oficinas y el botiquín.
También se conserva una angosta bocamina, las ruinas del polvorín, el brocal del pozo y una gran chimenea de ventilación de ladrillo refractario.
En esta se pueden leer las iniciales de la primera empresa, HR (Hulleras del Rosellón).