[3] Así, tras unos estudios de la zona llevados a cabo entre 1908 y 1909, se comenzó en 1910 la perforación de un pozo, en una explanada denominada el calero por encontrarse situado junto a unas calizas explotadas desde 1880.
Tras la Guerra Civil Española, las minas fueron nacionalizadas, siendo asignados los pozos barruelanos a RENFE, que era el principal consumidor de la hulla extraída.
Una nueva crisis del sector propició el definitivo cierre por parte del propietario Victorino Alonso, quien en 2002 cerró definitivamente el pozo más emblemático de la cuenca palentina.
Casi 100 mineros perdieron la vida en sus galerías en los reiterados accidentes que se produjeron en su interior.
[2] Uno de ellos fue el pintor Ambrosio Ortega, Brosio, que entró con 16 años a trabajar en su interior, y que plasmó en sus célebres acuarelas algunos de los momentos más duros del trabajo allí.