Para realizar estos fines, en octubre de 1994 se instituyó la fundación "Vitae Mysterium".
[2] Asimismo, también el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral mantiene con la Academia una estrecha relación.
Algunos miembros fueron Edmund Pellegrino (norteamericano), Francesco D'Agostino (italiano), John Finnis (británico), Fishel Fernando Szlajen[4] (argentino[5] y primer Rabino nombrado Miembro Titular de dicha Academia),[6] Alberto Caturelli (argentino), Robert Spaemann (alemán), Alfonso Gómez-Lobo (chileno), Jokin de Irala (español) y Carlos Centeno (español).
En 2005, Juan Pablo II nombró presidente de la Pontificia Academia para la Vida (PAV) al obispo Elio Sgreccia —hasta entonces vicepresidente del organismo—.
En 2010, Benedicto XVI nombró presidente a monseñor Carrasco de Paula.