El papa anunció que "temporalmente" dirigiría personalmente la Sección especial para Migrantes y Refugiados como parte del Dicasterio.
[6] Llamó al padre jesuita canadiense Michael Czerny (que más tarde sería cardenal) y al italiano escalabrinano Fabio Baggio para ser subsecretarios para asuntos relacionados con refugiados y migrantes.
Evalúa estos datos e informa a las agencias episcopales de las conclusiones extraídas, para que puedan intervenir directamente cuando sea apropiado.
El Dicasterio se esfuerza por garantizar que las Iglesias locales brinden asistencia efectiva y apropiada, tanto material como espiritual, si es necesario también mediante estructuras pastorales adecuadas, a los enfermos, refugiados, exiliados, migrantes, apátridas, trabajadores de circo, nómadas y otras poblaciones itinerantes.
En el cumplimiento de su misión, puede establecer relaciones con asociaciones, institutos y organizaciones no gubernamentales, incluidas las personas ajenas a la Iglesia Católica, que se comprometen a promover la justicia y la paz.