Hecho con cuidado y correctamente, la poda puede incrementar el rendimiento del fruto; así, es una práctica agrícola común.
En producción forestal se emplea para obtener fustes más rectos y con menos ramificaciones, por tanto de mayor calidad.
Con frecuencia, en jardinería, se utiliza la poda para conseguir formas artificiales en los árboles o arbustos.
Bien ejecutada y repetida con la periodicidad adecuada puede aumentar el valor ornamental de los mismos.
Por otra parte, una tala demasiado radical del árbol a menudo compromete su supervivencia.