[2] El territorio del Ampurdán estaba ocupado por íberos que pertenecían a la tribu de los indigetes.
El asentamiento se fortificó por el lado de más fácil acceso a la península, el istmo.
En este nuevo poblado fortificado fue necesario iniciar una importante obra de ingeniería para poder ir ganando espacio a las pendientes del promontorio.
Actualmente estas terrazas sólo son apreciables la ladera oriental (cala Foradada).
En esta parte alta del poblado se conservan dos cisternas excavadas en la roca, a diferente nivel y conectadas.
Las últimas reformas tuvieron lugar en tiempos del emperador Augusto (siglos II-I a. C.).
Realizó las primeras excavaciones entre 1935 y 1936, previa autorización del propietario de los terrenos, el pintor José M.
[8] En la actualidad se conservan en buen estado gran parte de las estructuras arquitectónicas del poblado ibérico, lo que ha permitido reconstruir su planta.
Se conservan prácticamente íntegras todas las estructuras esenciales de este tipo de yacimientos: muralla, habitaciones, calles que organizaban la trama urbana y las estructuras para almacenar agua (cisternas) y cereales (silos).