Se halla enclavada en los terrenos del antiguo Prado Alto, en cuyo célebre paseo transcurría en el siglo XVI un arroyo, en lo que era una área hortícola.En las cercanías, se hallaba la Fuente del Caño Dorado, que surtía de agua fresca a los vecinos.La Torrecilla siguió en pie hasta mediados del siglo XVIII, cuando Carlos III remodeló el Prado.El plano de Espinosa (1769) muestra el área como ajardinada.Hay, además, una llama que siempre está encendida.