Una llama eterna es un fuego que arde continuamente por un período indefinido, generalmente como parte de un monumento o un sitio en el que se rinde homenaje a algo o a alguien.
El judaísmo continúa esta tradición con un ner tamid, una llama siempre encendida sobre el Arca en las sinagogas.
Una llama eterna constantemente atendida por un sacerdote dedicado es también una característica de la cultura religiosa zoroástrica.
De acuerdo a los relatos griegos y persas, tres grandes llamas existirían en la Persia aqueménida.
La llama eterna que conmemora a John F. Kennedy, tras su asesinato en 1963, fue la primera vez que una persona conocida a nivel individual se le dio tal gran honor.