Su configuración actual se debe a mediados del siglo XX cuando la elevación de su cota terminó con las antiguas inundaciones que esa zona padecía.
Los encargados de su realización fueron los arquitectos Jaime López Asiain y Ángel Díaz.
Se plantaron chopos, olivos del paraíso, acacias, fresnos y otras especies mediterráneas, además de liquidambar steraciflua, ginkgo biloba, liriodenron tulipitifera y taxodium distichium.
[2] En esta época se realizó también la cercana avenida del Cristo de la Expiración,[2] que en la actualidad continua hacia el este con el puente homónimo y sigue hacia el oeste con la avenida Expo 92.
En dicha plaza se encuentra el llamado Monumento a los ángeles trianeros, realizado por Gabriel Mozas en 1992,[3] que conmemora a los habitantes de ese barrio que contribuyeron al descubrimiento y exploración del Nuevo Mundo.