Se cree que fue habitada sucesivamente por pueblos celtas, romanos y musulmanes, para ser reconquistada por los cristianos en el siglo XIII.
En la época del rey D. Dinis (1279-1325), el Tratado de Alcañices (1297) determinó que la aldea pertenecía a los dominios portugueses, y que el soberano le concedió una carta elevándola a «villa» y reconstruyendo el castillo medieval.
Más tarde, el rey D. João II (1481-95) amplió sus defensas, inscribiendo toda la aldea dentro de las murallas.
El conjunto fortificado, permitiendo el tiro superficial, presenta una planta decagonal irregular, con los campos circundantes limpios de árboles y casas.
Los antiguos edificios militares tienen hoy en día una ocupación civil, conservando la traza original (almacenes, cuarteles, establos, etc.).