Su amplitud desde la costa es variable, desde escasos metros hasta cientos de kilómetros.
Es la continuación submarina de los continentes,[1] es decir, su basamento geológico está constituido por corteza continental.
[2] En ella abunda la vida animal y vegetal por lo que es de gran importancia económica.
El agua que la cubre suele contener vida marina en abundancia y la mayor parte de la pesca se realiza en esta zona.
Otras masas de agua conocidas que recubren las plataformas continentales son el Mar del Norte y el Golfo Pérsico.
Los márgenes continentales activos tienen plataformas angostas relativamente pronunciadas, a causa de terremotos frecuentes que desplazan el sedimento hacia las profundidades marinas.
[7] Debido a que es relativamente más accesible, la plataforma continental es la parte del suelo oceánico mejor conocida.
Según la teoría abiogénica, los combustibles fósiles se formaron cuando antiguas plantas y animales cayeron a la roca sedimentaria del fondo oceánico.