El planchado consiste en utilizar un instrumento caliente para eliminar las arrugas de las prendas lavadas.
[1] El instrumento presiona su superficie caliente contra una superficie plana, normalmente de tela o lona, con lo que se alisan las arrugas de la ropa o por vapor de agua, que logra el mismo resultado.
El calentamiento se realiza comúnmente a una temperatura de 140 a 200 °C, dependiendo del material de la tela.
[2] Las herramientas más comunes para este propósito se denominan planchas.