Junto a san Eutiquio (Euticius), Vitorino y sus hermanas Flavia, Donata, Firmata el diácono, Fausto, y otros treinta cristianos, han sido venerados como mártires por la Iglesia Católica.
Según la tradición, fueron martirizados por los piratas de Mesina o bajo órdenes del emperador Diocleciano.
(Martyrologium[2]) Algunos católicos, vinculados a la liturgia romana del rito extraordinario, continúan observando calendarios anteriores a 1950 con la memoria de San Plácido y compañeros mártires el 5 de octubre.
En sus Actas, este Plácido (siglo III) es confundido con un santo del mismo nombre, seguidor de san Benito.
En especial se narra que siendo aun un joven novicio, un niño, fue enviado al lago de Subiaco a recoger agua pero la corriente lo arrastró.