Por lo tanto, tuvo que renunciar a la parte septentrional, que fue dada a Atropates, desde entonces conocida como Atropatene Los soldados que permanecieron en la parte oriental del reino de Alejandro después de su muerte, se sintieron preocupados por sus largas estancias en el extranjero, y comenzaron revueltas espontáneas.
Pitón fácilmente derrotó a sus oponentes y aceptó su capitulación.
Ptolomeo I Sóter sugirió que Pitón se convirtiera en el nuevo regente, pero los otros diádocos no aceptaron.
No obstante, a partir 317 a. C., los otros sátrapas orientales se unieron contra Pitón y le expulsaron.
Eumenes de Cardia, que había sido nombrado por el nuevo regente Poliperconte, para someter a Antígono I Monóftalmos, se les unió.