En Siberia, los pingos son conocidos como bulganniakh, término del idioma yakuto.
Su formación se debe a la congelación de las aguas subterráneas.
Otros lugares en donde hay pingos incluyen Alaska, Groenlandia, y la isla noruega de Spitsbergen.
Algunos vestigios de antiguos pingos, pingo ruinas, se pueden encontrar en Norfolk, Inglaterra y en los Países Bajos, en las provincias de Frisia, Drente y Groninga.
Se han encontrado pingo colapsados (a veces llamado ognip o gopin [1]) en un área determinada inducen a pensar, en el pasado allí pudo haber permafrost.