Todo esto aunado a remodelaciones (Manuel Tolsá, 1824), inundaciones, temblores e incendios (1914) puede dar una idea del gran esfuerzo que ha implicado la conservación de esta colección.
En este espacio se exponen de manera permanente la mayoría de las obras pictóricas custodiadas por la Congregación Oratoriana desde 1768 y que por iniciativa del padre Luis Ávila Blancas, C.O.
Hasta esa fecha, la Compañía de Jesús había logrado acumular importantes muestras del arte colonial pues enriquecieron el templo y sus habitaciones con bellas pinturas, esculturas y ornamentos, a veces comisionados por ellos mismos, otras veces a través de donaciones y legados.
En 1768 al tomar posesión del edificio, los oratorianos llevaron consigo la colección de pinturas que adornaban la antigua iglesia de San Felipe Neri y su claustro.
Una vez instalados los padres del oratorio en la ex-Casa Profesa la dedicaron a Ejercicios Espirituales de Encierro para hombres.