En bacteriología, los pili (singular pilus, que en latín significa ‘pelo’) son apéndices pilosos compuestos por una proteína llamada pilina.
Por otro lado, existen otras estructuras similares que cumplen con funciones distintas conocidas como fimbrias.
Los términos pili y fimbria son a menudo intercambiables, pero fimbria se suele reservar para los pelos cortos que utilizan las bacterias para adherirse a las superficies, en tanto que pilus suele referir a los pelos ligeramente más largos que se utilizan en la conjugación bacteriana para transferir material genético.
El intercambio de plásmidos puede añadir nuevas características a la bacteria, por ejemplo, resistencia a los antibióticos o la capacidad para digerir su medio de manera más eficaz.
Sin embargo, no todas las bacterias tienen la capacidad de crear pili.