La conjugación procariota, también conocida como conjugación, es el proceso de transferencia de material genético entre una célula procariota (bacteria o arquea) donadora y una receptora mediante el contacto directo o una conexión que las una.
Las ventajas pueden incluir resistencia antibiótica, tolerancia xenobiótica o la capacidad de usar nuevos metabolitos.
[1] El F-plásmido es un episoma (un plásmido que puede unirse por sí mismo al cromosoma procarionte por recombinación homóloga) con un tamaño aproximado de 100 kpb.
El locus también contiene los genes de las proteínas que se adhieren a la superficie del procarionte F- e inician la conjungación.
Varias proteínas codificadas en los locus tra o trb parecen abrir un canal en la célula, y es por allí donde la enzima traD, localizada en la base del pilus, inicia la fusión de membrana.
[cita requerida] Cuando se inicia la conjugación por una señal que la enzima relaxasa muesca (corta el enlace fosfodiéster entre dos nucleótidos, separándolos) una de las hebras del plásmido conjugativo en una secuencia particular denominada oriT .
Algunas cepas de procariontes con un F-plásmido integrado pueden ser aisladas y cultivadas en una colonia pura.
Debido a que tales cepas transfieren genes cromosómicos muy eficientemente son llamadas células Hfr (high frequency of recombination, de alta frecuencia recombinatoria).
Los plásmidos Ti y Ri también pueden ser transferidos entre bacterias usando un sistema (el operón tra, o de transferencia) que es deferente e independiente del sistema usado para la transferencia entre reinos (operón vir, o virulento).
La conjugación tipo agrobacterium también es usada fundamentalmente para dicots, sin embargo no es raro usar monocotiledóneas como receptores.