Ronzoni estudió en la Accademia Carrara de Bérgamo, para completar luego su formación en Roma, bajo la guía del paisajista mantovano Luigi Campovecchio.
En 1809 vuelve a Bérgamo, donde trabaja como escenógrafo; ejecuta diversas obras al óleo de ciudades y paisajes, pero predomina aún una inspiración del arte clásico.
En 1815 se trasladó a Verona, afirmándose como paisajista de éxito.
Hacia 1840 su pintura, influida hasta el momento por los paisajistas franceses, se renueva y cambia hacia una mayor importancia de la atmósfera con una líneas suaves.
Esta producción madura se acerca por un lado a la estética de Giuseppe Canella y por otro a la pintura innovadora de Piccio.