Descubierta en un cementerio, mide unos 82 cm de altura y muestra una figura sosteniendo una serpiente en cada mano.
[1] Encima de la figura hay tres criaturas entrelazadas formando un trisquel, identificados como un jabalí, un águila y un lobo.
[2] La piedra ha sido fechada entre los años 400-600 d. C.[3] Aunque muchos investigadores la denominan bruja serpiente, su origen y relación con la cultura celta o nórdica permanece en el debate.
Más adelante Arrhenius (1994) consideró seriamente que la figura no era una bruja sino un mago y fechaba la piedra en la era de Vendel.
Tuvieron un especial significado y simbolismo durante la Cristianización, la transición del paganismo hacia la conversión.