Aquí, depuso al Príncipe-Obispo de Lieja José Clemente de Baviera, cuyo hermano luchó con Francia contra Austria, e introdujo un nuevo gobierno.
Después de la muerte del emperador Leopoldo, Sinzendorf se ganó el favor del emperador José I, quien lo hizo en 1705 Canciller de la Corte (Obersthofkanzler).
Fue una figura central durante cuatro décadas, especialmente en la política exterior del Imperio Habsburgo.
El emperador recompensó a Sinzendorf por sus servicios concediéndole los feudos de Hals y Schärding en Baviera.
En las negociaciones del Tratado de Utrecht, Sinzendorf hizo equipo con el Príncipe Eugenio e intentó en vano convencer a los antiguos aliados de continuar la guerra.
En el Congreso de Soissons para dar fin a la Guerra anglo-española (1727-29), abrió las negociaciones.
Se puso en contacto con el cardenal francés y estadista André-Hercule de Fleury.
Las derrotas de las fuerzas Imperiales en la Guerra austro-ruso-turca (1735-39) le urgieron a pedir al emperador una pronta paz.