El cárter estaba hecho de aluminio, un nuevo avance en aquella época.Al igual que su predecesor, el L76, el EX3 fue admirado por su carrocería aerodinámica y su larga cola, que contribuía a estabilizar el coche a altas velocidades.[1] El importador de Peugeot, Alfonse Kaufman, envió un EX3 a los Estados Unidos para Dario Resta, muy conocido en Europa pero no tanto en América.El auto fue revisado por el genio mecánico californiano, Harry Miller, cuyos coches dominarían las 500 Millas de Indianápolis y otras carreras estadounidenses durante los años 1920 y 1930.La preparación del automóvil continuó hasta el Gran Premio de Estados Unidos, carrera en la que el coche se presentó sin la capa final de pintura, dejando a la vista la imprimación blanca.