Petición de la rama de olivo

El Congreso Continental envió esta petición cuando estaba claro que las Trece Colonias de América del Norte no podían declarar su fidelidad al monarca británico y al mismo tiempo negarse a obedecer sus leyes que les imponían nuevos tributos, les vetaban el libre comercio, les forzaban a recibir tropas de la metrópoli, y otras medidas similares que las colonias bautizaron como las "Leyes intolerables".

No obstante, un grupo minoritario conocido como los radicales, liderados por el delegado John Adams, se oponía a tal petición razonando que el propósito del gobierno británico era la aceptación sin condiciones de las "Leyes intolerables", juzgando ya en julio de 1775 como inútil remitir la Petición, mientras aconsejaba a los demás miembros del Congreso a que las Trece Colonias deberían formar un ejército y marina propios, como primer paso hacia la independencia.

A su vez, el Parlamento británico también manifestó su hostilidad ante la Petición, juzgada como insólita y hasta agraviante, y prohibió en setiembre de 1775 todo comercio con las Trece Colonias, amenazando a éstas con una intervención militar si seguían cuestionando las leyes de la metrópoli.

Conocido el rechazo británico poco después, la posición de los moderados de John Dickinson perdió popularidad rápidamente, y ganaron influencia los radicales de John Adams, postulando éstos que el rey Jorge III y su Parlamento solo aceptarían la completa sumisión de las Trece Colonias a las "Leyes intolerables" y jamás admitirían discutir futuras órdenes gubernamentales, siendo así inevitable la independencia; a esta posición adhirieron otros prominentes delegados como Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, John Jay y John Hancock, aunque Dickinson hizo siempre notar su rechazo a una solución violenta.

En enero del año siguiente, las posiciones del Congreso se hicieron más virulentas al difundirse el ensayo El sentido común de Thomas Paine, propugnando en un lenguaje sencillo la necesidad de que las Trece Colonias se separasen por completo de Gran Bretaña y formasen un Estado soberano, lo cual sería realidad seis meses después.