En 1776, dicho fuerte fue defendido exitosamente contra los indios Cheroqui, aliados de los ingleses.
Russell Bean también vivió en Jonesboro pero desempeñando el oficio de armero, que aprendió en un viaje a Connecticut.
En un lugar del río llamado Muscleshoals, su bote chocó con una roca y perdieron su cargamento.
Una vez en dicha ciudad, fue a vivir con una tía y después al rancho de un tío.
Los expedicionarios fueron rodeados y atacados muriendo en ese combate su líder, Philip Nolan.
Hubo una tregua, se negoció la rendición y fueron llevados a Nacogdoches, Tejas.
A los cuatro años de su oficio como sombrerero hizo el plan para escapar.
Al año, Bean planeó un viaje a Nuevo México con su amigo Thomas, recibiendo permiso de un General.
Este fue alcanzado por un mensajero, regresó a chihuahua y de nuevo fue encerrado en un calabozo.
En el trayecto, en la ciudad de Salamanca, una viuda llamada María Baldonada se enamoró de Bean y quiso ayudarle a escapar pero él se negó creyendo que su liberación estaba próxima.
En el ejército insurgente Bean fue ascendido en varias ocasiones debido en gran parte por sus profundos conocimientos en municiones.
Quince años después de haber dejado los Estados Unidos, Bean como Coronel del Ejército Mexicano y como emisario de José María Morelos para pedir apoyo estadounidense a la causa independentista, obteniendo muy poco éxito.
En Nueva Orleans se reunió con el pirata Jean Lafitte, ofreciendo ambos sus servicios al General Andrew Jackson en la batalla de Nueva Orleans contra los británicos, participando junto a las fuerzas estadounidenses.
Es entonces que Bean entabla una gran amistad con Lafitte, quién le promete ayuda a las fuerzas mexicanas hostilizando barcos españoles.
Bean se casó con Magdalena Falfán de los Godos, y juntos intentaron ir a los Estados Unidos.
Luego de su fuga, intentó regresar a Nueva Orleans, pero por consentimiento mutuo junto con su esposa permanecieron en México.
Luego se estableció en Mound Prairie, cercano al río Neches en el Viejo Camino a San Antonio.