[4] También se les congelaron sus cuentas bancarias[2] y las propiedades que estuvieran hipotecadas eran requisadas por los bancos estatales.
[4] Una vez terminada la guerra, la mayoría de estos ciudadanos fueron liberados y los que estaban presos en Estados Unidos fueron retornados al país.
[4] En otros casos cuando los propietarios reinscribieron a nombre de amigos o allegados sus propiedades (para que estas no fueran confiscadas) los nuevos dueños se negaron a devolverlas,[4] aunque en otros casos las propiedades fueron devueltas, quedándose el testaferro que las administró durante el cautiverio del dueño original solo con una parte o como socio.
A mediados de su período el presidente Rafael Ángel Calderón Guardia realiza una alianza con el Partido Comunista liderado por Manuel Mora y la Iglesia católica jefeada por monseñor Víctor Sanabria, para promulgar una atrevida reforma social conocida como las Garantías Sociales.
Entre los opositores a Calderón se encontraban varios que habían sido claros simpatizantes del fascismo como el expresidente León Cortés Castro y Luis Dobles Segreda[7] por lo que la izquierda hacía llamados a cerrar filas en torno al gobierno progresista de Calderón para impedir la llegada al poder del fascismo.