Los perros cobradores fueron criados principalmente para recuperar las aves u otras presas y devolverlos al cazador sin ocasionar daños.
Un perro con la boca dura hace impresentable la presa o, en el peor de los casos, no comestible.
Se utilizaba como perro perdiguero para cazar patos y por pescadores para recuperar artículos.
Junto con el Terranova, el Perro de San Juan es la única raza canina ártica que no era del tipo Spitz.
Según otra teoría, los pescadores portugueses, que empezaron a faenar frente a Terranova ya en el siglo XVI, habrían traído consigo ejemplares del perro moloso Cão de castro laboreiro más ligero.