Dicha sustancia se presentó en cantidades situadas entre los 10 y 17 microgramos por litro.
La empresa rectificó todo lo informado hasta ese momento, pero a la dirección no le preocupó en demasiado el problema.
Se confirma que el benceno estaba presente en el agua y comienza la decadencia de la marca.
Después del benceno, Perrier es acosada con seguimientos exhaustivos por la calidad de sus productos.
Una de las medidas que se tomó fue echar al presidente, pero el daño ya estaba hecho.