[1] Muchos países, especialmente los países desarrollados, regulan la calidad del agua embotellada a través de estándares del gobierno, normalmente utilizados para garantizar que la calidad del agua es segura y las etiquetas reflejan con precisión el contenido de la botella.
[2] Aunque muchas veces no se aprecia diferencia, los profesionales expertos catadores (Sumiller) son capaces de distinguir esas pequeñas variaciones de un agua a otro.
[5] Partidarios del agua embotellada no ven el producto como una alternativa al agua municipal, pero lo ven como una saludable alternativa a los refrescos que puede ser adquirida en restaurantes, pequeños supermercados y máquinas de refrescos.
Desde el 2015, marcas como Pathwater han utilizado el aluminio reciclado para ofrecer una botella que puede ser reutilizada hasta 100 veces, ofreciendo al consumidor una alternativa a las botellas de agua de plástico a uso único.
[2][7] El acceso libre y fácil al agua potable se considera unos de los derechos básicos.