Fue pintado en 1866, encontrándose actualmente en el Museo del Petit-Palais, de París, Francia.
Esta tela, al igual que El origen del mundo, fue encargada por el diplomático turco Jalil-Bey.
Trataba un tema morboso para la época en que vivió el artista: la relación sexual entre dos mujeres.
Se ha considerado que, por la expresión del rostro, la mujer de cabellos rubios tiene un sueño erótico.
Junto al cáliz, hay una botella azul y una jarra de cristal.