Estos faraones intentaban evitar la supremacía de la clase sacerdotal tebana apoyando a los otros templos.[4] Los restos de la ciudad han sido estudiados por distintas expediciones arqueológicas dirigidas sucesivamente por Flinders Petrie, Howard Carter, N.G Davies, L. Borchart y B.J.[5] Los edificios oficiales se levantaron a los lados de la Vía Real, una avenida que cruzaba la ciudad hasta el extremo norte, donde se encontraba el fuertemente amurallado Palacio de la rivera norte, el palacio real.En las estelas que marcan los límites de la ciudad se hace constar la elección del lugar por Atón.[4] La iconografía de la época supone una ruptura con la tradicional: del hieratismo que representaba la majestad del rey se pasa a una representación naturalista que no duda en marcar deformidades: vientre abultado, caderas anchas.Aquí podemos identificar a tres periodos: Se utilizan los tradicionales: piedra, madera, marfil, alabastro.Se hacían en varias piezas ensambladas, a veces de distintos materiales.[6] el deterioro de las estatuas y del resto de objetos no permite ver con claridad los colores originales, pero parece que en este aspecto sí se mantuvo la tradición: se usaba el blanco, amarillo, verde, marrón y negro con su significado simbólico tradicional.El emplazamiento elegido estaba en la orilla derecha del Nilo, entre Tebas y Menfis.La ciudad se planeó con un barrio oficial en el centro, con una calzada real que unía los principales edificios.