Pepa Osorio

Profesionalmente retoma su actividad a finales de los cincuenta, pintando paisajes al óleo influenciada por los paisajistas asturianos, para pasar a retratos infantiles, algún desnudo, algún tema sobre Gijón (La rula) y asuntos religiosos.

Desde mediados de los años sesenta la pintora reflexiona sobre los individuos que soportan unas condiciones vitales difíciles, angustiosas, provocadas por una sociedad injusta.

Con la serie Testimonios de nuestro tiempo, expuesta en 1979 en la galería Tassili de Oviedo, la pintora renueva su lenguaje expresivo, pinta la realidad de una sociedad dominada por las máquinas y la informática, con diversos títulos como Hacia el automatismo social, La cibernética y lo humano, Hablemos sobre informática, Robots, Hombres y mentes, Manipuladores del cerebro.

En los noventa, trabaja con la realidad más inmediata, con noticias difundidas por la televisión o actuaciones públicas, que en ocasiones gozan lo grotesco.

Su trayectoria está implicada en constantes búsquedas formales y técnicas, ambas expresión de una sensibilidad inmersa en continuas reflexiones existenciales.