Tras el triunfo, el bando pelucón gobernó hasta su fractura en 1856, debido a la cuestión del sacristán.
No era de la misma idea José Zapiola, testigo de la época que señala como algo posterior el origen del término: Una vez declarada la independencia, y aceptando a regañadientes ese hecho, el grupo se volvió más heterogéneo, congregando a todos quienes deseaban que el nuevo régimen tuviera una fuerte solución continuidad con el modelo político y social vigente durante la Colonia.
Los acusaban de haber sumido al país en la anarquía y haber ensayado libertades públicas inadecuadas para la realidad social chilena, entre 1823 y 1829, durante el período conocido después como Organización de la República.
En 1828, para alcanzar el poder, los pelucones complotaron en alianza con los o'higginistas y estanqueros, participando en la Revolución de 1829 en contra del gobierno pipiolo.
El bando pelucón se componía de diferentes grupos: Intelectuales que, pese a haber apoyado la Independencia, se unieron al bando pelucón por sus ideas más cercanas a la teoría política católica que estaba vigente entonces: Posiblemente tomando el término desde Chile aunque sin la misma difusión, en Ecuador se denominó y calificó de pelucón a la clase perteneciente a la alcurnia o nobleza criolla instaurada tras la vida republicana en 1830 hasta mediados del siglo XIX, conformada por diversas familias o apellidos que - a diferencia de la aristocracia de la colonia - no tenían necesariamente linaje noble alguno.