Componente del movimiento de la Canción Reivindicativa y Social en la Democracia, en especial La Nueva Canción que los exiliados, la mayoría por motivos políticos o sociales, hicieron desde fuera de España en los años 70.
[1][2] Así, Ávila comenzó su carrera como cantante profesional en París en 1963, compaginándolo con su trabajo en el Moulin Rouge.
Ávila escribió en 2008, al fallecer el poeta: "Tanger 1967; encuentro con Angel en Tanger en la casa de Emilio Sanz de Soto; el leyó sus poemas, y yo empezé a cantarlos.
Influido por Paco Ibáñez y los discos que este había editado en París, decidió empezar a cantar acompañado solo por su guitarra y creó un repertorio compuesto por sus propias composiciones así como poemas de Rafael Alberti y Miguel Hernández, a las que él mismo había puesto música.
En 1970, tras tres años, contaba con un repertorio poético personal y había tomado conciencia de la poesía social.
La repercusión no fue la esperada en un país poco interesado en la música basada la poesía y, como también le ocurriera a Paco Ibáñez, dos años después terminó decidiendo volverse a América.
De traslado temporal, la estancia se prologó durante doce años, entre 1973 y 1985.
En 1976 decidió grabar un nuevo LP, aprovechando el éxito relativo que encontró en radio y televisión.
Se tituló “No dar nada por perdido” y contenía doce temas.
Se reencontró con su amigo el poeta Ángel González y retomó poner música a sus poemas, que cantaba después en los locales de moda como Libertad 8 y El Comal.
Finalmente, Ávila decidió trasladarse a América, siguiendo los pasos de su amigo Ángel González, establecido en Albuquerque (Nuevo México, EE. UU.
Continuó viajando a España ocasionalmente y participando en su vida cultural.
En el programa Estravagario de La 2, emitido en noviembre de 2006, cantó poemas del poeta andaluz y Premio Nobel español Juan Ramón Jiménez en la mesa redonda dedicada a él.
Figuras destacadas del panorama cultural español se reunieron para cantar y leer sus versos.