La paz duró aproximadamente veinte años, hasta 1683, cuando una escaramuza en las fronteras de ambos imperios desencadenó una contienda que llevó el segundo sitio de Viena.
Al momento de la firma de la paz, la Monarquía Habsburgo parecía estar en una mejor posición militar que el Imperio otomano.
Algunos grupos dentro de la monarquía insistieron en seguir la contienda, en especial croatas y húngaros, en parte porque gran parte de su territorio se encontraba en manos otomanas y vieron la guerra como una oportunidad de recuperar sus tierras.
Esto causó conflictos internos e inestabilidad en la monarquía que finalmente culminaría con la rebelión de las dos familias nobles croatas y los nobles húngaros acaudillados por Francisco Rákóczi I en contra del rey de Hungría (en ese entonces también emperador de los estados germanos de la monarquía).
[1] Esta fue la única vez que el rey francés, un aliado tradicional de los otomanos desde el rey Francisco I de Francia, luchara contra los turcos.