En 1845 ingresó en la Orden de San Agustín.
Fundó dos coros en Brno, y organizó con regularidad conciertos corales y de música de cámara.
Entre sus alumnos de coro se encontró Leoš Janáček.
Křížkovský estaba muy interesado en la cultura eslava y a menudo interpretaba obras poco conocidas de compositores moravos y checos.
Su composición más conocida es la cantata Santos Cirilo y Metodio.