Paulino Callejas

[1]​ Desde muy joven se dedicó al trabajo en diferentes faenas mineras del norte de Chile.

[3]​ Le tocarían años difíciles de duro trabajo, más nunca perdió la conexión con su tierra natal, viajando periódicamente buscando en los cerros vecinos, vetas mineras que pudieran entregarle bienestar a su familia.

Con el mismo tesón y esfuerzo don Paulino se dirige a catear el viejo mineral de Capote, la veta de oro que esperaba al afortunado.

Este mineral inicia la explotación en 1934 y está ubicado a 35 kilómetros al norte de Freirina.

Al rato, motivado por la curiosidad, el vendedor llamó por teléfono a su colega de la otra empresa para saber cómo le había ido con “el loquito” que le había mandado.