En 1894 se convirtió en profesor de química del politécnico, puesto que ostentó hasta el inicio de la Revolución rusa de 1917, decidiendo entonces trasladarse a Alemania.
Tomó una muestra de ácido málico en la que la luz polarizada giraba en sentido horario, permitiendo que reaccionara de una manera concreta, y al restablecerse observó que la luz polarizada giraba en sentido contrario de las agujas del reloj.
La reacción en cuestión era ácido málico y pentacloruro de fósforo, los cuales producían ácido clorosuccínico, que a su vez se convertía de nuevo en ácido málico bajo la influencia del óxido de plata y el agua, sin embargo, una vez hecho esto el ácido málico invierte su configuración.
Estas inversiones suceden cuando un átomo, o varios, se acerca a una molécula desde una dirección concreta, desplazando un átomo al otro lado de la molécula.
Más tarde, la inversión de Walden se convertiría en una útil herramienta para el estudio detallado de las reacciones orgánicas.