Ni siquiera la Generalidad controlaba ya a los rebeldes, que lograron apoderarse del puerto de Tortosa.
Estos hechos desencadenarán la ruptura definitiva entre la Generalidad y el gobierno del Conde-duque de Olivares.
En octubre de 1640 se permitió a los navíos franceses usar los puertos catalanes y Cataluña accedió a pagar un ejército francés inicial de tres mil hombres que Francia enviaría al condado.
En noviembre, un ejército de unos veinte mil soldados recuperó Tortosa para Felipe IV en su camino hacia Barcelona; dicho ejército provocó entre los prisioneros unos abusos que determinaron a los catalanes a oponer una mayor resistencia.
Sin embargo, el enviado plenipotenciario del rey de Francia, Du Plessis Besançon, logró influir en las autoridades catalanas en el sentido de que la implicación e intervención francesa solo podía realizarse si era reconocido como soberano.
Su repentina muerte probablemente se debió a causas naturales, su salud era mala.
[5] Las crónicas de la época la atribuyeron a una uremia, pero en círculos franceses se dijo que habría sido un crimen político por envenenamiento.