En principio, se dividen en dos grupos principales (aunque puede haber diferencia entre los estados federados):[1][2] La legislación alemana, dedicada en gran parte a los bienes inamovibles, hace una clara distinción entre los monumentos de carácter arqueológico y los monumentos arquitectónicos, ya que estos últimos son por norma general visibles y conocidos durante décadas o siglos, mientras que los hallazgos arqueológicos no se conocen hasta realizarse las excavaciones.En cuanto a los bienes movibles, la normativa vigente se enfoca sobre todo en los delitos de apropiación indebida y exportación ilegal.En Alemania, como en el caso de los demás bienes patrimoniales, las normativas relativas a los monumentos naturales recogen diferentes disposiciones según qué estados (aunque se trata en principio de una normativa federal que sienta el marco jurídico para las legislaciones estatales).[6] Dicha normativa atribuye responsabilidades tanto a las autoridades como a conservacionistas y propietarios (organizaciones, comunidades religiosas, etc.), y en ella se recoge la regulación de los correspondientes registros.La primera rige la definición legal y el margen jurídico, en el que se incluyen actos como la destrucción y daños no autorizados, definidos como «daños a la propiedad que son perjudiciales para el público general».Debido a que la primera disposición del primer artículo de la constitución alemana (deutsches Grundgesetz) garantiza el derecho a la propiedad, la segunda disposición requiere la adopción de una ley tácita para los casos que dicho derecho pudiera verse limitado, como en el caso de los bienes clasificados como patrimonio.Al mismo tiempo, en su artículo 30, la constitución determina que la soberanía cultural en Alemania pertenece a los 16 estados federados, por lo que la legislación sobre protección de monumentos es su competencia:[8]La soberanía cultural es responsabilidad principal de los estados federados alemanes en lo que respecta a la legislación y la administración en materia cultural, y en particular, las responsabilidades relativas al idioma, las escuelas y universidades, la educación, la radio, la televisión y las artes.En la práctica, sin embargo, no se ha hecho uso de este mecanismo debido a los costos que supone la compensación por expropiación.Los llamados Bienes de Valor Nacional son el resultado de un programa federal, que ha estado promoviendo la preservación de monumentos, yacimientos arqueológicos y parques y jardines históricos que «destacan por sus significados culturales, políticos, históricos, arquitectónicos, urbanísticos o científicos en el estado y en el ámbito cultural alemán en su conjunto».Debido a que posteriormente se desarrollaron distintas leyes en la Alemania Occidental y en la Alemania Oriental, los estados que formaban parte de esta última conservan hasta hoy en sus legislaciones algunas características propias, como el tamaño máximo (más extenso) de una superficie natural para poder ser clasificada como bien patrimonial.Existen otros incentivos adicionales, como el impuesto a la propiedad, que puede verse eximido para ciertos monumentos.
Placas de señalización de patrimonio cultural y un bien de interés arqueológico.
Señalización de monumento natural en un bosque al este del estado de
Baviera
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Señalización y placa conmemorativa en la pared de un monumento de Hesse.