La subespecie doméstica vive además en climas templados y sin los requisitos de tanta humedad o arbolado.
En Francia, por ejemplo, durante los últimos treinta años ha tenido un gran desarrollo la cría intensiva del pato criollo y se han logrado avances notables en su mejoramiento genético para la producción de carne y el desarrollo de líneas genéticas especializadas para la hibridación con el pato Pekín y otras razas de la especie Anas platyrhynchos domesticus.
[8][9] Esto genera confusión y puede resultar en inconveniencias para quienes trabajan en la cría de estos animales domésticos.
Se sugiere evitar el uso del término “pato real” para referirse a la subespecie o variedad doméstica.
Debe evitarse incluir en un mismo nombre común las dos subespecies, que están muy bien diferenciadas en sus características fenotípicas y en los aspectos relacionados con su manejo.