Patio cordobés

Además, el palacio de Viana alberga doce patios en su interior.

En las galerías bajas los hay sin arcos, con puertas y ventanas, con pilares en lugar de columnas, con pies derechos de hierro, fundición, madera o sin soportes, estando empotradas en los muros limítrofes las vigas que cargan las galerías.

Hay patios que no tienen galerías y son simplemente limitados por muros en dos o una planta.

La mayoría son particulares o privados; otros colectivos, corrales o casas de vecinos; otros son patios de edificios públicos, palaciegos o conventuales, compases, patios de recibo y hasta plazoletas que parecen patios; hay recintos que siguen siendo patios aunque se llamen cines de verano.

Si tuviésemos que aventurar lo que define el patio cordobés frente a otros patios andaluces, marroquíes, castellanos, canarios, italianos, yugoslavos, hispanoamericanos, portugueses, egipcios, hindúes, chinos o japoneses, sería muy difícil, porque las diferencias con los primeros son pequeñas, y con los siguientes las marcaría el estilo arquitectónico si lo hubiera, la flora tal vez, pero nos podrían confundir algunos ejemplos.

Patio de Martín de Roa, 9.