Por su disposición permite el acceso de una porción de luz indirecta del sol a las estancias interiores del edificio –de ahí su nombre–, así como la ventilación de dichas estancias.
Hace también posible la vista entre las distintas plantas del edificio, y facilita la orientación dentro del mismo.
Suele poseer un ratio altura/anchura alto.
En la rehabilitación de edificios suele emplearse como hueco para la instalación de ascensores.
[1] Las ventanas de las habitaciones y espacios interiores suelen comunicarse con el patio de luces con el objeto de recibir su luminosidad.