Hay dos leyendas que intentan explicar el origen de este pastel.
Una cuenta la historia de una pareja que vivían muy pobremente en la China imperial.
El padre del marido se puso muy enfermo, y la pareja gastó todo su dinero para intentar curarlo, sin éxito.
Cuando el marido supo lo que había hecho, elaboró una pastel relleno de melón blanco endulzado y almendra, dedicándolo a su esposa, a quien nunca olvidaría.
Su pastel se hizo tan popular que pudo ganar suficiente dinero para comprar de nuevo a su esposa.