También se conocen como bakestones en Gales porque tradicionalmente se cuecen sobre un bakestone (literalmente ‘piedra de cocer’, en galés maen), una plancha de hierro fundido de 1,5 cm de grosor o más que se sitúa sobre el fuego o la cocina.
Los pasteles galeses se hacen con harina, pasas, sultanas o pasas de Corinto, y también pueden incluir especias tales como la canela y la nuez moscada.
Se sirven fríos o calientes espolvoreados con azúcar lustre.
A diferencia de los scones, no suelen tomarse con un acompañamiento, si bien a veces se venden cortados y untados con mermelada, y a veces con mantequilla.
A menudo se toman con una taza de té.