Por su parte, al oeste del cerro se ubica La Sierrilla, formando con ella otro valle por el que fluye el arroyo de Aguas Vivas, afluente del río Guadiloba que desemboca en los Llanos de Cáceres.
Este hecho se produjo mediante una expropiación que causó protestas de los cofrades, quienes para oponerse alegaron que la ermita se hallaba en perfecto estado y contaba con una fuerte afluencia de devotos.
[14][15] Para solucionar el problema que había supuesto eliminar la histórica ermita y haber gastado dinero público en construir un edificio casi imposible de utilizar, en 1852 el Ayuntamiento de Cáceres decidió construir aquí un parque público y reconstruir la ermita en su interior.
[2] En los años 1920 comenzó la integración del parque en el casco urbano de la ciudad, al construirse junto al paseo el cuartel Infanta Isabel, que fue el principal cuartel militar de la ciudad hasta la creación del CIR Santa Ana en 1964.
[16] Debido a su ubicación junto al cuartel, en la Guerra Civil el parque fue militarizado por los franquistas para llevar a cabo casi doscientos fusilamientos en la Navidad de 1937-1938, incluyéndose en esos fusilamientos la conocida masacre de Navas del Madroño.
[8][19][20][21][22] Al mismo tiempo, la Junta de Extremadura reformó íntegramente la guardería del paseo.
[23][24][25][26] El paseo posee forma alargada según el cerro natural en el que se ubica, en dirección noroeste-sureste, teniendo su acceso principal por la plaza de toros en su extremo suroriental.
Aunque la mayor parte del parque es un simple camino construido aprovechando el cerro, en la mitad suroriental del paseo se ubica desde sus orígenes un gran rectángulo presidido por la ermita de los Mártires, conocido históricamente como "salón" y actualmente como "bandeja", cuya barandilla data de 1866.
Esta vegetación ha variado ligeramente desde sus orígenes: por ejemplo, en 2009 se retiraron los eucaliptos del paseo de acceso para evitar daños en la avenida.
[5][8][19][28][29][30] El principal evento del paseo es la romería de los Mártires, que se celebra tradicionalmente en enero en torno a la ermita homónima.
Esto no significa que el parque sea un barrio como tal: se le ha declarado así a efectos geográficos y estadísticos para indicar que no forma parte de ninguno de los barrios del distrito.