El partido promueve los principios de justicia social, soberanía nacional y derechos democráticos.
[4]En las elecciones parlamentarias del año 2000, el líder de Al-Karama, Hamdin Sabahi, se presentó como candidato independiente y ganó un escaño.
El líder del partido, Amin Iskandar, justificó la decisión de unirse a la alianza liderada por los islamistas diciendo que el partido Al-Karama se oponía a las divisiones electorales entre fuerzas liberales e islamistas.
Otro dirigente del partido, Saad Aboud, que también se presenta a los comicios parlamentarios, declaró que el puesto de Al-Karama en la lista de la Alianza Democrática podría permitir al partido hacerse con hasta once escaños en el parlamento.
[1] Finalmente, la coalición quedó en primer lugar tras obtener el 37,5% de los votos y 127 escaños, entre los cuales Al Karama obtuvo 6.
Junto con los 101 escaños del partido Libertad y justicia, formaron un bloque con el 45.8% de los votos.
[6] Por su parte, Sabahi presentó su candidatura a la presidencia como candidato independiente y obtuvo la tercera posición con un 21,5% de los votos[7].
En 2015, Sabahi fue el único candidato que se presentó contra Sisi en las elecciones presidenciales, obteniendo solo el 3% de los votos.
[10] En una entrevista con Reuters en 2016, Sabahi instó a los grupos de oposición no islamistas de Egipto, incluyendo al partido Al-Karama que había abandonado cuatro años antes, [1]a superar sus diferencias y formar una fuerza unida que ofrezca una alternativa democrática al gobierno actual.
Finalmente, el partido centroizquierdista Corriente Popular, junto con algunos políticos independientes, se integraron en el Partido Al Karama, en un esfuerzo renovado por captar a los egipcios descontentos con las políticas económicas de Sisi y la falta de libertades.
[13] En una entrevista con Mada Masr el 12 de mayo de 2022, Ahmed Tantawi, líder del Partido Karama, expresó su escepticismo respecto a la invitación del presidente Abdel Fattah Al-Sisi a un diálogo político nacional.
Tantawi criticó que la gestión del diálogo se asignara a una entidad fundada y supervisada por Sisi, argumentando que el diálogo debe realizarse directamente con la presidencia de la república para garantizar su seriedad y eficacia.