[3] En la práctica significa que bajo los experimentos físicos pertinentes no puede apreciarse ninguna estructura interna y la forma o tamaño de la partícula real no es relevante en el contexto en que se emplea dicha idealización.
Por tanto, una partícula puntual es una representación adecuada de cualquier objeto siempre que su tamaño, forma y estructura sean irrelevantes en un contexto determinado.
Una partícula puntual tiene una propiedad aditiva, como la masa o la carga, que suele representarse matemáticamente mediante una función delta de Dirac.
Existe una distinción entre las partículas elementales, como los electrones o los cuarks, que no tienen una estructura interna conocida, frente a las partículas compuestas, como los protones, que tienen una estructura interna: Un protón está formado por tres cuarks.
Por ejemplo, los objetos esféricos que interactúan en un espacio tridimensional y cuyas interacciones se describen mediante la gravitación newtoniana se comportan como si toda su materia estuviera concentrada en sus centros de masas[cita requerida].
Por ejemplo, véase el orbital atómico: El electrón es una partícula elemental, pero sus estados cuánticos forman patrones tridimensionales.
Esto no es cierto para una partícula compuesta, que nunca puede representarse como una superposición de estados cuánticos exactamente localizados.
Sin embargo, si un suceso individual tiene una probabilidad distinta de cero, se dice que es una masa puntual.