Los jardines fueron remodelados por Joaquim Casamor en 1978, el cual estableció una serie de áreas escalonadas para salvar la pendiente del terreno, y trazó un paseo central poblado de yucas y palmeras, además de un pinar en su parte superior, donde se sitúa una alberca para el riego, que sobresale del suelo al estilo del safareig catalán («lavadero»).
[1] Una de las características del parque es la abundante vegetación junto con los numerosos espacios de ocio para los niños.
En la parte superior del parque se encuentra la Biblioteca Mercè Rodoreda, junto a una explanada donde se sitúa la escultura El submarino enterrado, de Josep Maria Riera i Aragó (1991), obra en bronce que representa un submarino sumergido en la arena, de cual solo aparecen sobre el nivel del suelo la aleta de proa, la torreta superior y la cola de popa, en un conjunto de 32 metros de largo.
[2] En el espacio situado junto a esta obra se habilitaron en 1999 unos jardines dedicados a Hiroshima, la ciudad japonesa bombardeada con la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial.
En su recuerdo se colocó un monumento formado por 22 columnas de hormigón, con la inscripción «Nosotros, la humanidad, queremos que nunca más se repita el horror / Barcelona a Hiroshima con la cultura de la paz».