[31] Así también, se destaca el desabastecimiento y la inoperatividad del sistema de salud pública.
[33] Según afirma, se han infiltrado supuestos grupos de vándalos que «buscan desestabilizar la democracia sembrando el terror».
Las partes firmaron un «Acta por la paz», en el que se establecieron los consensos y compromisos alcanzados: el Ejecutivo aceptó a reducir el precio del combustible, derogar el decreto ejecutivo 95, relacionado con política petrolera, y reformar el decreto 151 para prohibir la actividad minera en áreas protegidas: por su parte, las organizaciones indígenas declararon el cese de las movilizaciones.
[43] Es así que se dio un segundo encuentro entre el Gobierno y el movimiento indígena el 20 de agosto, aunque sin mayores resultados.
[47] Para cumplir con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional,[49] Lasso aplicó un programa de reforma estructural que incluyó: En compensación, Lasso incrementó el salario básico y congeló el precio de gasolina y diésel.
[64] Tras esto, Iza fue trasladado esta vez a Latacunga, y se lo mantuvo recluido en la Base Aérea de dicha ciudad, asistiendo por videoconferencia a la audiencia en la que finalmente fue ordenada la libertad del líder indígena, imponiéndosele medidas sustitutivas.
[81] El movimiento indígena realizó marchas en diversas capitales provinciales, como Ibarra, Riobamba, Guaranda y Puyo.
[85] Otras organizaciones sociales también marcharon en esta jornada, destacándose las movilizaciones realizadas en Quito y Cuenca.
[88] La quinta jornada del paro inició con una declaración de Leonidas Iza, presidente de la Conaie, en las que dio a conocer sobre las decisiones tomadas dentro del movimiento indígena en referencia a mantener el paro nacional, refutando las declaraciones del presidente Lasso emitidas la noche anterior; además de anunciar una movilización desde las comunidades indígenas hacia la capital, para sumarse a las manifestaciones que se realizan en Quito.
Dicha reunión fue considerada por la Fenocin, la Feine, la Fenoc y la FEI como una estrategia para dividir al sector indígena, con la colaboración del secretario de Pueblos y Nacionalidades del Gobierno, Luis Pachala.
Asimismo, los manifestantes indígenas denunciaron detenciones arbitrarias realizadas durante los enfrentamientos en Riobamba y Alausí.
[96] Mientras tanto, en la Asamblea Nacional, varios legisladores propusieron revocar el decreto del estado de excepción y solicitaron al presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, que convoque lo antes posible, a una sesión del Pleno para tratar este asunto.
[99] En Riobamba, al caer la tarde, los manifestantes indígenas se tomaron la Gobernación de Chimborazo sin mayores altercados.
Dicho medio, aseguró haber recibido constantes ataques informáticos desde la primera jornada del Paro Nacional.
Durante su trayecto, se enfrentaron a policías y militares, que trataban de impedir su avance por la carretera Panamericana.
[115] Ante la situación, la alcaldesa Cynthia Viteri declaró que «si no nos quieren mandar alimentos de la Sierra, se los compramos a otro país».
En la mañana, la policía arrojó bombas lacrimógenas al interior de la Universidad Politécnica Salesiana, la misma que el día anterior se abrió como zona de acogida y ayuda humanitaria;[122] posteriormente, el conflicto se extendió hacia el parque El Ejido y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador,[123] institución educativa a la que varios policías ingresaron sin autorización.
[135] Ante este rechazo, las organizaciones indígenas resolvieron realizar una marcha masiva hacia el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el sector de Iñaquito,[136] mientras otro numeroso grupo se dirigió al centro histórico.
[151][152] Tras la represión, Iza pidió a los manifestantes que forman parte del movimiento indígena, replegarse a las instalaciones de la Casa de la Cultura;[153] mientras otros manifestantes, se enfrentaron por cuenta propia con las fuerzas policiales, las mismas que dispararon perdigones, bombas lacrimógenas, e inclusive granadas[154] desde el edificio de la Contraloría General del Estado.
Aquellos manifestantes intentaron sin éxito llegar a dicho edificio, saldándose este enfrentamiento con un número considerable de heridos[155] y un fallecido.
[158] En Quito por la noche, salió una contramarcha pidiendo paz y el fin al paro nacional, también se escucharon consignas de «¡Iza, terrorista!».
[169] Algo similar ocurrió en Tena, donde los manifestantes se tomaron la Gobernación de Napo.
[175] Leonidas Iza pidió permitir que los productos alimenticios del campo puedan llegar a Quito.
[189] Por la tarde, se registraron varias manifestaciones en distintos puntos de Quito y sus alrededores, donde los protagonistas fueron habitantes locales.
[192] En Molleturo (Cantón Cuenca) varios manifestantes atacaron un convoy de camiones que llevaba alimentos y medicinas a Cuenca, donde las autoridades han indicado que el oxígeno medicinal, no puede llegar a esa ciudad y hay riesgo para pacientes por el desabastecimiento.
El acceso sur también fue bloqueado, mientras transportistas pesados cerraron la avenida Solano, a la altura del Sindicato de Choferes.
[210] Así también, hubo varias manifestaciones ciudadanas en rechazo a la decisión de Lasso: en Quito, colectivos feministas, LGBTIQ, barriales y estudiantiles marcharon desde la Tribuna del Sur hacia la Basílica del Voto Nacional;[211] en Cuenca, los manifestantes se concentraron una vez más en el parque Abdón Calderón.
[212] En esta urbe también se reportó que las fuerzas policiales arrojaron bombas lacrimógenas dentro de la UCUENCA.
[223] Mientras tanto, el alcalde capitalino, Santiago Guarderas, solicitó al Gobierno que decrete un tercer estado de excepción en la urbe, ante las protestas.
[230] Finalmente, tras 18 días del Paro Nacional, las organizaciones indígenas y el gobierno lograron un acuerdo gracias a la mediación de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana; las partes en conflicto firmaron un «Acta de Paz» elaborada por la Iglesia como mediadora en el que acordaron diversos puntos.