En concordancia, para explicar la situación argumentaba que tanto Pick como su equipo médico trabajaban en ambas clínicas.
La reubicación ilusoria de un escenario en un lugar familiar, como el hogar o una localidad que el paciente conozca bien, es un síntoma recurrente en estos casos, aunque en ocasiones el paciente cree que se encuentra en lugares más exóticos o fantásticos (por ejemplo, en un caso concreto, Tombuctú).
Concretamente, según Weinstein y Kahn[8] en aquellas personas que consideraban la enfermedad como una "imperfección, debilidad o desgracia".
Las investigaciones más recientes han respaldado esta visión,[9] y se han establecido nexos con la literatura sobre el fenómeno de la confabulación, por el que los pacientes parecen evocar falsos recuerdos sin darse cuenta de que son falsos, y que suele asociarse también con daños en los lóbulos frontales.
El estudio de un caso concreto ha sugerido una explicación más detallada,[10] que apunta a que el daño en la ruta ventral del sistema visual, que conecta la corteza visual con ciertas áreas del lóbulo temporal, puede provocar la desorientación viso-espacial y las dificultades de integración de recuerdos.